Liderazgo orientado a las personas o liderazgo orientado a las relaciones
Ahora que el término “liderazgo” está en boga, seguramente has escuchado hablar de los distintos tipos de liderazgo. Una pregunta común si el liderazgo orientado a las personas o liderazgo orientado a las relaciones es el mismo.
Sí, el liderazgo orientado a las personas se conoce también como liderazgo orientado a las relaciones.
Para poder entender el liderazgo orientado a las personas o liderazgo orientado a las relaciones y saber si es que le conviene a tu organización, debemos explicar en qué consiste y cómo se debe aplicar.
Liderazgo orientado a las personas o liderazgo orientado a las relaciones
El liderazgo orientado a las personas o liderazgo orientado a las relaciones se enfoca en la parte humana del liderazgo, es decir, sus objetivos van más allá de lo económico y antepone las personas a las tareas, metas y objetivos.
El liderazgo orientado a las personas o liderazgo orientado a las relaciones es participativo, empodera al equipo y fomenta la colaboración creativa. Se da principalmente en situaciones en las que se deben implementar procesos de cambio importantes, de negocio, de organización o de funciones de las personas.
Por lo general, el líder explica el proyecto o problema y pide opiniones a los miembros de su equipo, desarrollando sus habilidades, escuchando sus opiniones y enriqueciendo el proceso de toma de decisiones.
Un documento de la Universidad Nacional de Asunción asegura que este líder “está orientado a las personas, se centra en organizar, apoyar y desarrollar personalmente a los miembros que forman parte de su equipo. Son más participativos, suelen fomentar su participación y tienen en cuenta a los que están a su alrededor”.
Los expertos en liderazgo y coaching coinciden en que el liderazgo orientado a las personas o liderazgo orientado a las relaciones se inició como un estilo de liderazgo opuesto al liderazgo orientado a la tarea.
El liderazgo orientado a la tarea se focaliza en que el trabajo se haya cumplido. Los líderes que adoptan este estilo suelen ser autocráticos, definen muy bien el trabajo y los roles necesarios, ordenan estructuras, planifican organizan y controlan, pero no se detienen mucho a pensar en el bienestar de los miembros de su equipo.
El objetivo primordial del liderazgo orientado a la tarea es llegar a las metas y cumplir con los objetivos.
Los beneficios del liderazgo orientado a las personas o liderazgo orientado a las relaciones
Productividad positiva
El liderazgo orientado a las personas o liderazgo orientado a las relaciones entiende que la productividad es algo de suma importancia para lograr las metas establecidas y alcanzar el éxito.
Por eso, este tipo de liderazgo fomenta un ambiente laboral positivo, en donde todos los individuos están cómodos en la empresa, los conflictos se resuelven rápidamente y son mínimos, además de que la insatisfacción laboral debe de ser poca.
Con esto como base, la productividad en una compañía donde existe liderazgo orientado a las personas o liderazgo orientado a las relaciones es sumamente alta.
Conocimiento personal
El liderazgo orientado a las personas o liderazgo orientado a las relaciones dedica gran parte de su tiempo en conocer a todos los miembros de su equipo de trabajo, sus fuerza, debilidades y necesidades de cada uno.
De esta forma, el líder puede distribuir las tareas de la mejor forma, ofrecer diferentes clases de incentivos (como bonos, flexibilidad de horarios o días extras de vacaciones), además de tener un control personal positivo de su equipo.
Inteligencia emocional y liderazgo
Los expertos coinciden en que los líderes más eficaces poseen una cualidad en común: la inteligencia emocional, la cual es diferente que el coeficiente intelectual y las habilidades técnicas.
Un paper de la Harvard Business Review asegura que “la inteligencia emocional es la condición sine qua non del liderazgo. Sin él, una persona puede tener la mejor formación del mundo, una mente incisiva y analítica y un suministro interminable de ideas inteligentes, pero aún así no será un gran líder”.
La inteligencia emocional permite que los líderes maximicen su desempeño y el de quienes le rodean a través de estas habilidades:
- Autoconciencia: conocer las fortalezas, debilidades, impulsos, valores e impacto de uno mismo en los demás
- Autorregulación: controlar o reorientar los impulsos y estados de ánimo
- Motivación: disfrutar de los logros
- Empatía: comprender la estructura emocional de otras personas
- Habilidad social: establecer una buena relación con los demás para moverlos en las direcciones deseadas
Liderazgo y coaching
El consultor y psicólogo Rodrigo Fuenzalida afirma que ya se ha escrito mucho sobre liderazgo y que este se puede entender como el proceso de ejercer influencia en otros hacia el logro de un objetivo y que es aceptado por los seguidores.
De acuerdo con Fuenzalida “el líder debe poseer una visión, un sueño atractivo que crea un contexto de confianza”.
Es aquí en donde entra la relación entre liderazgo y coaching, ya que “las habilidades de coaching se relacionan con un perfil de líder inspirador, cuya principal herramienta de dirección es la formación de sus colaboradores”.
En conclusión, podemos deducir que el liderazgo orientado a las personas o liderazgo orientado a las relaciones genera excelentes resultados en el clima empresarial, lo cual se traduce en ventas, integración y rendimiento laboral.
Cuando se favorece el proceso antes que el resultado, se genera una dinámica de análisis, reflexión y mejora en las acciones, lo cual se traduce en productividad.
¡Ponte en acción!